Siempre la misma historia: Atar con alambre
Juan Carlos Salinas
Mediocre. Inestable. Irresponsable. Precario. Son los adjetivos que le cabe a la realidad Stronguista. Justo cuando el Tigre tiene compromisos importantes, cuando debe jugar su prestigio a nivel internacional y defender su orgullo en el torneo local, se produce el cambio del DT Víctor Barrientos. Nadie pudo prever esto ¿antes?
¿Por qué? Justo cuando se esta en medio de un torneo se debe hacer cambios radicales. Es mucho pedir, planificar, organizar y prever ¿un trabajo a mediano plazo? Ahora decididamente la suerte del Tigre en la Libertadores esta marcada por la irresponsabilidad y el egoísmo personal. Y eso sólo puede derivar en un resultado: la eliminación en primera ronda.
La Razón destaca que Luis Orozco, el argentino Daniel Córdoba, Ramiro Blacut, Luis Galarza ya habían sufrido
un golpe de estado de parte de los jugadores de The Strongest. ¿Es común que los jugadores tengan mayor peso que los directivos y decidan en que momento ya no va más un director técnico?. En el Tigre parece que sí. Parece ser que esta anomalía es natural y que si algún DT pretender modificar, cambiar o negociar con los intereses de los jugadores
históricos, estos simplemente se rebelan y salen a perder o a poner más suave la pierna.
The Strongest de ninguna manera se merece este tipo de actitudes. Este es un club que llegó a ser lo que es gracias a otro tipo de mentalidad y de actitud. Es dudoso que si en los 98 años solamente hubiera primado el personalismo el Tigre seguramente sería una lejana historia. Es necesario hacer una refundación de esta institución.
Se debe apostar más a la cantera local, no comprar solo por compromiso a jugadores extranjeros. Acá no se trata de ser nacionalista, sino de tener visión de futuro. Se debe contar con jugadores nacionales y en lo posible que surjan del semillero de Achumani, para que así sientan los colores de la camiseta y no solamente el color del dinero.
Los grandes clubes del mundo aún se manejan así, salvo los millonarios que apuestan por lo más fácil y tienen euros o dólares para comprar verdaderos genios del fútbol y no jugadores mediocres que en sus países de orígenes no podrían jugar ni en la segunda serie. Y esos lastimosamente son el tipo de jugadores que últimamente seducen a los directivos atigrados.
Párrafo aparte merece el actual presidente del Club, Jorge Pacheco, que en su discurso reitera que se tomaran sanciones económicas contra los jugadores indisciplinados, que en The Strongest se terminó el carnaval y que aún se esta a tiempo de cambiar el rumbo. En ningún momento Pacheco se hace cargo de parte de su responsabilidad. Es como si en su presidencia estas cosas no hubieran pasado. Lo ignora. Lo calla deliberadamente. Con esta actitud se da vía libre a que el Tigre se transforme en un club mediocre que resuelve sus problemas
atándolos con alambre.