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Nombre: Mestizo
Ubicación: Buenos Aires, Argentina

Licenciado en Ciencias de la Comunicación(UBA).Hice la Maestría de Periodismo Clarín-Universidad de San Andrés.Trabaje en Clarín,en la seccion de Deportes y Ciudad.También soy redactor en Vocero Boliviano una publicación mensual dirigida a la comunidad boliviana en Buenos Aires y actualmente trabajo en el periodico EL DEBER de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) en la sección de Economía. CONTACTOS: jcsalinas@eldeber.com.bo jcsalinascortez@gmail.com jcsalinascortez@yahoo.com.ar

martes, enero 24, 2006

Editorial

Tiwanaku la Puerta que vio llegar a Evo Morales

Vocero Boliviano
Juan Carlos Salinas

De pronto, luego de llevar más de 500 años de letargo forzado las ruinas de la cultura Tiwanacota se despertaron y reclamaron un lugar bajo las alas del cóndor republicano.
Bramaron al son de los pututus y se estremecieron con el flamear orgulloso de las miles y miles de whipalas que de manera altiva exigían un espacio junto a la tricolor nacional.

Luego del 18 de diciembre de 2005 nada será igual en Bolivia. "Revolución cultural", "Etapa indígena", "La era del Pachacuti" son las formulas para explicar este fenomenal suceso. Bolivia se parece a Sudáfrica dijo el flamante Presidente y fue la mejor metáfora que pudo encontrar Morales para denunciar al mundo entero las atrocidades de un pequeño sector, que desde hace más de 180 años gobierna Bolivia.

El sábado 21, unas 40.000 personas, se acercaron en el santuario de Tiwanaku, a 70 kilómetros de La Paz, para proclamar a Evo Morales como la máxima autoridad religiosa. Luego del ritual de purificación con fuego en la pirámide de Akapana ubicada en el santuario, Morales recibió el bastón de mando indígena para transformarse así en la máxima autoridad entre los pueblos andinos.

Se tuvo que esperar casi 514 años para que el unku rojo vuelva nuevamente a cobrar vida. Y fue Morales el encargado de usarlo para así demostrar que la memoria colectiva y cultural jamás tiene fecha de vencimiento, más allá de las censuras hegemónicas.

Tiwanaku recorrió las agencias de noticias, fue pronunciada en distintos idiomas, vibro en los oídos de los oyentes y se estremeció en las pantallas de televisión. Tiwanaku una vez más volvió a ser el ombligo del mundo. Pero esta vez en un ombligo mediático que robo a más de una espectadora algunas lágrimas con sabor a justicia.

Una tiwanacota forzada a dejar su país resumió en una frase el sentimiento de muchos. "Jamás imagine que en mi pueblo un Presidente aymara juraría" "Ay como han cambiado los tiempos al fin seremos personas".

Ser personas esa es la cuestión para los marginados de la historia oficial boliviana. Ser personas es la demanda de estos sectores que siempre fueron eludidos como si fueran objetos animados. Ser personas es el reclamo profundo y constante del 62.2% de los bolivianos que jamás fueron incluidos de manera real a las estructuras ciudadanas de la República.

Ahora que la historia en esta parte del mundo tuvo la osadía de romper la trágica lógica lineal del mundo occidental y proponer el círculo de cambio aymara, el ser personas cobra más fuerza. Decididamente en esta espiral del cambio y la esperanza los antes marginados y vulgarizados tendrán la gran oportunidad de mostrar que es posible construir otra Bolivia donde originarios, mestizos, blancos, campesinos y profesionales tengan las mismas opciones para desarrollarse como personas, como seres humanos.

Es cierto que las expectativas sobre el gobierno de Morales son enormes y que tal vez por ello no tendrá mucho margen para experimentar pues las respuestas a las demandas históricas no permitirán más demoras. Si no que exigirán soluciones y más soluciones.
Por otra parte como dijo una analista argentina, Evo Morales tendrá un doble control. Será observado desde el interior de Bolivia y ante cualquier grieta en su tarea, ésta será explotada por los sectores recientemente desplazados del poder y el otro control procederá del exterior que monitorean con especial atención los pasos de Morales para prevenir cualquier ataque a sus intereses principalmente económicos.

En fin la tarea para el nuevo Presidente es colosal, sin embargo, si aceptamos los designios andinos, es de esperar que la gestión de Morales sea el inicio de una nueva era donde los preceptos originarios marquen los pasos de este hombre que aún no es del todo consciente que en su piel morena, en sus ojos rasgados, en su pelo negro y en su manera de entender el mundo esta la esencia de Tiwanaku.